Dibujando en la naturaleza: Cuenca

Continuamos con la serie de viajes en los que combinaremos paseos por la naturaleza con el arte de dibujar. Dirigidos por una profesora de dibujo realizaremos cortos paseos para plasmar en nuestros cuadernos la belleza de los rincones por los que pasamos, sin que sea necesario más que un cuaderno y lápices de colores. Así pues, a lo largo del paseo se realizarán varias paradas para tomar notas y dibujar, inspirados en esta ocasión tanto en la belleza de la naturaleza.
Podremos dibujar la ciudad de Cuenca, declarada Patrimonio de la Humanidad, y su bella Serranía donde descubriremos el nacimiento del río Cuervo, la Ciudad Encantada y las Torcas de los Palancares.
El nacimiento del río Cuervo es uno de los más bellos parajes de la península Ibérica, con el aliciente de que, como consecuencia de las recientes lluvias caídas, estará espléndido. Esta declarado Monumento Natural. Algunas de las comunidades vegetales que predominan en este paraje son bosques relícticos eurosiberianos como acebos, tilos y arces, que conjuntamente con turberas y prados húmedos, aportan al entorno una belleza adicional.
El origen de la Ciudad Encantada se remonta a hace 90 millones de años, cuando formaba parte del fondo del mar de Thetis. Se trataba de aguas tranquilas, lo que propició la deposición de sales, en especial carbonato cálcico. Al final del Cretácico y como consecuencia de la orogenia alpina, el mar se retiró y el lecho marino, compuesto de piedra caliza, emergió a la superficie. Miles de años de acción del agua, del viento y del hielo han hecho que hoy podamos contemplar este impresionante fenómeno geológico.
El Monumento Natural de los Palancares y Tierra Muerta, enclavado en la serranía de Cuenca, es el más extenso de Castilla-La Mancha, y destaca por los más de 20 ejemplos de Torcas, rodeados de bien conservados sabinares y pinares, con varios árboles clasificados de Singulares por su extraordinario porte.
Las torcas son normes depresiones de entre treinta y quinientos metros de diámetro en terreno calcáreo. Los procesos geológicos que originaron su formación comenzaron en el periodo Turonense, hace aproximadamente unos 80 millones de años, por la acción de aguas carbónicas en las rocas calizas muy solubles. Un clima favorable y corrientes subterráneas ocasionaron el hundimiento del terreno. Hay "torcas secas", como las de los Palancares, que no presentan agua debido a que se filtra hacia ríos subterráneos. Y hay "torcas húmedas", como las de Cañada del Hoyo, que se encuentran inundadas presentando una laguna en su interior, debido a que la capa impermeable esta aquí más alta.