Las grullas del Tiétar

Marco Geográfico
La ruta transcurre por el valle del Tiétar, entre las provincias de Ávila y Toledo, concretamente, entre los términos municipales de Hontanares (Ávila) y Buenaventura (Toledo).
El objetivo primordial de esta ruta es contemplar los bandos de grullas, aves que por estas fechas invernan en el valle del Tiétar, llegando a los dormideros con las últimas luces del día. Evidentemente, no podemos garantizar que se vean las aves en los dormideros, pero si se verán bandadas tanto volando como comiendo en los campos.
Descripción del itinerario
En la aldea de Hontanares (400 m) iniciaremos la ruta por el camino que desde antaño unía esta población con la de Buenaventura. Desde nuestros primeros pasos contemplaremos la Sierra de Gredos y las bellas vistas de sus estribaciones nos acompañaran a lo largo del recorrido, adornadas por poblaciones como Pedro Bernardo, Lanzahíta, Mijares, Gavilanes...
En esta parte inicial de la ruta (unos 2 km para ascender 40 m) alternaremos cultivos (izquierda) con las encinas que jalonan los laterales derechos del camino, mientras podremos ya contemplar las bandas de grullas volando sobre nuestras cabezas, con su característico y potente trompeteo.
Tras recorrer 5 km llegaremos al Vado de los Chorlitos, antiguo maizal, donde podremos observar los bandos de grullas posadas en estos campos de cultivo.
En el km 6,2 cruzaremos el límite provincial Ávila-Toledo, y la presencia de 4 enormes quejigos son el testigo de que vamos a abandonar el camino y nos internamos en el bosque de encinas, donde comeremos, junto a una balsa para el ganado.
Tras la comida cruzaremos el bello encinar y descenderemos al margen izquierdo del río Tiétar (2 km), por cuya orilla caminaremos unos 4 km para acceder, al atardecer, al Chaparral, en cuyas proximidades la llegada de las grullas augura que estamos en su dormidero.
En nuestro punto de observación podremos ver como las bandadas se posan en estos campos de cultivo próximos al río, para pernoctar en ellos.
Por ultimo cogeremos un camino que nos llevará al pueblo toledano de Buenaventura, situado a 3 km del dormidero, donde finaliza esta variada ruta.
Valores naturales
El principal motivo de este itinerario ecológico es la observación de fauna (especialmente aves) que inverna entre noviembre-febrero en estas tierras castellanas siendo las grullas (aves zancudas provenientes de la península de Escandinavia ) las protagonistas del recorrido. Aunque también es importante la colonia de cormoranes comunes, garzas, ánades, cigüeñas blancas, milanos, águilas, etc... que observaremos en el recorrido.
La importancia del valle del Tiétar, como aglutinante de una diversidad de ecosistemas, ha hecho que casi 65.000 Ha. del mismo pertenezcan a la RED NATURA 2000, zona ZEPA y LIC (Lugar de Interés Comunitario). Todo ello es debido a que en el valle se encuentran especies tan importantes como el águila imperial ibérica, cigüeña negra, halcón abejero, elanio azul, milano negro, águila culebrera, ágila calzada, grulla común, charrancito... además de especies de interés como la espátula, milano real, buitre negro, águila real, alcotán, búho real, carraca, etc.
El río Tiétar
Este río nace en Rozas de Puerto Real (Madrid), en el macizo oriental de la sierra de Gredos, y con dirección oeste cruza las provincias de Ávila, Toledo y Cáceres para desembocar en el río Tajo, en Villareal de San Carlos, en el Parque Nacional de Monfragüe.
En el tramo que se recorre en esta ruta el río marca el límite de Ávila (orilla derecha) con Toledo (orilla izquierda), por la que se camina.
La sierra de Gredos
En este recorrido las montañas de Gredos son omnipresentes, pues de forma continuada enmarcan el paisaje por el norte, ofreciendo una de las mejores vistas de esta sierra, y de las más espectaculares, pues hay que tener en cuenta que desde el fondo del valle por el caminaremos (a 400 m de altura) divisaremos cumbres que, como la Mira, superan ampliamente los 2300 m de altura, por lo que estaremos contemplando la vertiente meridional de Gredos con más de 2000 m de desnivel.
Así, empezando por el oeste, divisaremos el pico Almanzor, Morezón, la Mira, Cabezo del Cervunal, los Galayos, puerto del Peón, peña del Mediodía, La Abantera, puerto de Lagarejo, risco de Miravalles, el Cabezo, puerto de Mijares, Gamonosa o Púlpito, Serradilla, etc. Es decir, lo más granado de los macizos Central y Oriental de Gredos. Una panorámica única.
Valores culturales
La importancia de la agricultura en las vegas del Tiétar y la ganadería extensiva (vacuno sobretodo, aunque también el caballar) en donde destacan las dehesas de Valdeolivas, Valtiétar, Canto Gordo, del Encinarejo. A destacar la cantidad de edificaciones que antiguamente fueron utilizadas como secaderos para la obtención del pimentón o del tabaco.
Dificultad de la ruta
Pequeña, para una persona que este acostumbrada a caminar por el campo. Los desniveles son escasos y los senderos son pistas (al principio) y sendas por la orilla del río. No obstante, hay que tener en cuenta que no es un paseo, si no una marcha de 16 km.
Equipo recomendado
Dadas las especiales características de esta excursión, donde lo primordial es la observación de fauna, se recomienda llevar ropa en tonos oscuros, pues las aves detectan con facilidad los colores llamativos, y levantan el vuelo.
Los prismáticos son imprescindibles.
Una linterna, pues la última hora se camina cuando ha oscurecido.
Ropa de abrigo. Si bien durante el día la temperatura es la habitual en estas fechas, al ponerse el sol baja mucho la temperatura por lo que 3 capas es imprescindible (camiseta, forro polar o jersey, y chaqueta aislante contra la lluvia o térmica), así como guantes.
Además, botas de montaña, una mochila, comida, agua (1,5 litros como mínimo), botiquin personal, glucosa, etc. Aconsejable un paraguas plegable.
Si se llevan bastones tener en cuenta que estorbaran a la hora de avistar las aves. Y, además, la ruta presenta pocos problemas, por lo que no son estrictamente necesarios.
Asi mismo, es recomendable llevar un pequeño bolso de mano con ropa de repuesto que se deja en el maletero del autocar. Al regresar puede uno cambiarse, si por la razón que fuera se hubiese uno mojado (o no).
Por otra parte, y con el fin de no ensuciar el autocar, se ruega se lleve calzado de respuesto que se dejará en el maletero, quitándose las botas antes de subir al autocar.